La inversión en diseño gráfico sigue considerándose un molesto gasto, una especie de peaje que hay que pagar para visibilizar nuestra marca o producto y estar en consonancia con la época en la que vivimos.
Lo cierto es que es difícil cuantificar y medir el retorno de la inversión en proyectos como el rediseño de una identidad corporativa, la señaletica de un centro comercial o la realización de una memoria de empresa.
Pero te vamos a dar un ejemplo de como el diseño puede ser un aliado poderoso para ahorrarte mucho dinero. Te hablamos concretamente del packaging de productos.
La fabricación de embalajes ha sido tradicionalmente cara, medir correctamente los coste de producción, las calidades de los materiales empleados (no olvidemos que tiene que soportar los riesgos derivados de la etapa de distribución) y la imagen apropiada que la marca pretende transmitir, es un proceso delicado y complejo que puede determinar la viabilidad o no de la comercialización de nuestro producto.
Una posible solución la podemos encontrar en una propuesta de packaging basada en paquetes y envoltorios estandarizados tipo “Kraft”, personalizados y dotados de identidad a través de etiquetas de diferentes formas y colores, bien diseñadas para nuestro producto.
Tanto los envoltorios y cajas tipo “Kraft” como las pegatinas se pueden encontrar en el mercado a unos precios muy asequibles. Las primeras por estar realizadas con materiales baratos y medidas estándar, y las segundas por poder producirse, según nuestras necesidades concretas, en pequeñas cantidades y en impresión digital.
Este enfoque nos permitirá una versatilidad muy elevada, prescindir de la compra y fabricación de un costoso numero de envases, reduciendo notablemente la inversión y manteniendo una imagen excelente a un bajo precio. Os dejamos algunos ejemplos que ilustran perfectamente lo dicho anteriormente.
Son muchas las señales que indican que el diseño está desempeñando un papel cada vez más estratégico y relevante en las empresas, sin embargo su relación con los beneficios financieros es todavía difícil de demostrar. La percepción de que el diseño es caro y difícil de medir (en cuanto a beneficios) es un obstáculo para la compra de servicios de diseño.
Lo cierto es que se ha avanzado mucho en el desarrollo de metodologías y métricas para medir el ROI de este tipo de proyectos. Los que estéis interesados en profundizar en este tema os recomendamos el estudio: Design ROI. Mensurable Design (Universidad de Aalto. Finlandia). Propuesta que proporciona herramientas para cuantificar y medir este tipo de trabajos. Puedes bajarte el estudio en este enlace. Gracias a El Blog de Rhandus que nos puso en la pista.
Por último recordar la famosa frase de Ralph Speth: “Si crees que el buen diseño es caro, deberías mirar lo que en realidad cuesta el mal diseño”.